lunes, abril 23, 2018

Navegando en ideas ajenas que son propias

COMPRA EXPERIENCIAS, NO COSAS

¿Te ha pasado alguna vez que compras una cosa, en el momento te hace mucha ilusión, y días después ni te acuerdas?

Este sentimiento es muy común, y el responsable es el principio de habituación. Cuando compramos algo que nos hace ilusión, nos da un subidón durante unos días. Pero en poco tiempo nos habituamos, y ya se convierte en algo más del paisaje, algo que damos por supuesto y que no nos proporciona especial alegría. Este proceso se repite con cualquier compra, sea un coche o el último modelo de smartphone. Incluso cambiar de casa, que pensamos que nos trairá un mayor felicidad durante muchísimo tiempo, se convierte en pocos meses en algo “dado por hecho”.

Con las experiencias ocurre al revés. Ganan con el tiempo.

Piensa por ejemplo en cuáles son los recuerdos más felices que tienes de los últimos 12 meses. Muy posiblemente todos sean experiencias. Un viaje con tu pareja o unos amigos, un logro profesional, una fiesta especial o simplemente pasar unos días con alguien a quien aprecias. Es muy improbable que unos de los recuerdos más felices de los últimos meses sea haberte comprado ese reloj que tanta ilusión te hacía.

Las buenas experiencias no solo te llenan de felicidad en el momento, además su impacto aumenta con el tiempo. Y esto sucede incluso para las experiencias difíciles. Muchas veces en la vida pasamos por experiencias duras que nos hacen superarnos a nosotros mismos. Puede ser correr un maratón o un reto profesional. Curiosamente, incluso de estas experiencias que en el momento fueron difíciles, con el paso del tiempo tendemos a olvidar el esfuerzo y centrarnos en el crecimiento personal que supusieron. Es decir, incluso las experiencias de aprendizaje duras tienen un impacto mayor en tu felicidad que comprar algo que te hace ilusión en el momento.

Por eso, las empresas cada día se esfuerzan más en vendernos experiencias, y no productos. Por eso BMW no vende 200 caballos de potencia, sino “el placer de conducir”.
¿Y cuáles son las experiencias que más felicidad duradera te traen?

Las experiencias que más felicidad producen son aquellas que:
Compartes con alguien importante para ti, no en soledad (por ejemplo, un viaje con tu pareja)
Están ligadas a alguno de tus valores y principios personales (por ejemplo, una experiencia de voluntariado que te llena)
Generan historias memorables que luego cuentas a los demás
Son experiencias únicas, que no pueden compararse fácilmente con otras (este es otro problema de comprar cosas, que tu coche recién comprado parece menos impresionante cuando tu vecino aparece con su nuevo deportivo)


GASTA EL DINERO JUNTO CON TUS SERES QUERIDOS

¿Qué es lo que nos hace más felices en la vida?

Los expertos lo tienen claro: las relaciones sociales sanas. Es decir, que lo que nos hace más feliz es compartir nuestro tiempo con las personas que apreciamos.

Esto tiene una consecuencia directa sobre cómo utilizar el dinero. Siempre que gastamos dinero en algo que compartimos con otros, nos proporciona mucha más felicidad que cuando lo gastamos solos.

Por tanto, tan importante como decidir en qué quieres gastarte tu dinero, es elegir con quién quieres gastarlo.


CONVIERTE CADA COMPRA EN ALGO EXCEPCIONAL

De nuevo el enemigo a batir es el Principio de habituación. Cuando nos habituamos a algo, cada vez nos proporciona menos felicidad.

Todos hemos soñado alguna vez con irnos a vivir a una isla del Caribe. El problema es que al poco tiempo de empezar a vivir en nuestra maravillosa isla, empezamos a acostumbrarnos a todos sus placeres. Damos por hecho que el agua esté a una temperatura deliciosa o que el sol siempre luzca en el cielo.

El Principio de habituación es el responsable de que las personas ricas no sean más felices que el resto. Es verdad que tienen muchas más cosas, pero el problema es que esas cosas forman parte del paisaje para ellas, están habituadas a tenerlas. Incluso en muchas familias ricas esa abundancia produce hastío y falta de motivación en sus miembros, especialmente los más jóvenes. Cuando tienes todo, ya nada te hace ilusión.
¿Cómo podemos vencer al Principio de habituación?

Una forma efectiva es convertir la compra en algo excepcional. Por ejemplo, imagina que te encanta el chocolate caliente. Te gusta tanto que decides que todos los día a las 5 de la tarde te vas a tomar una taza. En pocas semanas la taza de chocolate caliente dejará de ser algo que te llene de alegría el día, y se convertirá en una costumbre más.

Es mucho más efectivo para tu felicidad personal restringir las tazas de chocolate caliente a ciertos momentos excepcionales. Puede ser por ejemplo cuando quedas con tu mejor amiga en esa cafetería que os encanta, o cuando alcanzas un logro profesional significativo. De esa forma la taza de chocolate caliente se transforma en algo especial y memorable.
Un pequeño paréntesis: el Principio de habituación en las relaciones de pareja

Cuando pasamos mucho tiempo con una persona, nos habituamos a todas sus virtudes, y terminamos dándolas por sentado. Lo que antes encontrábamos tan atractivo, ahora nos parece lo normal, la rutina.

Una forma muy sencilla de romper este círculo vicioso, es compartir nuevas experiencias con tu pareja. El simple hecho de vivir nuevas situaciones, nos hace ver a nuestra pareja desde una nueva perspectiva, y revitaliza la relación.

Por tanto, una de las mejores inversiones que puedes hacer con tu dinero es utilizarlo en experiencias nuevas con tu pareja. Pueden ser cosas muy sencillas, no tiene que ser nada caro, lo importante es que sea diferente, novedoso.


COMPRA TIEMPO LIBRE

Tener abundancia de tiempo libre es uno de los factores clave que determina tu felicidad. Por eso las decisiones que te permiten comprar tiempo libre tienen tanto impacto. En particular, hay tres acciones clave para ser más feliz en tu vida:
Aumentar el tiempo que pasas con tu familia y amigos: el dinero invertido en permitirte pasar más tiempo con tus seres queridos tiene un efecto altísimo en tu nivel de felicidad
Reducir el tiempo que pasas viendo la televisión. Las personas que pasan menos de 30 minutos al día viendo la televisión tienen un nivel de felicidad muy superior al resto
Reducir el tiempo que pasas desplazándote al trabajo cada día

Un ejercicio muy útil a la hora de evaluar el impacto en tu felicidad que va a tener una compra, es analizarla en términos de tiempo en vez de dinero. Por ejemplo, si me compro ese nuevo coche, ¿pasaré más tiempo o menos con mi familia y amigos?, ¿tendré más tiempo libre para hacer lo que me gusta o menos? La respuesta a esta pregunta predice muy certeramente si comprar ese coche te traerá felicidad o lo contrario.


PAGA AHORA, DISFRUTA MAÑANA

El mundo moderno nos incita continuamente a “disfrutar hoy y pagar mañana”. Vivimos en la sociedad del crédito fácil y de las hipotecas a cuarenta años. Las empresas tienen una razón de peso para actuar de esta forma: cuando las personas compramos a plazos, tendemos a gastar mucho más que cuando pagamos al contado. Por tanto, tiene todo el sentido para las empresas favorecerlo.

Las compras impulsivas producen además un subidón de endorfinas en los compradores, y un sentimiento de control. El problema es que esa felicidad momentánea se desvanece muy rápidamente. En pocos días ya no queda nada del subidón, y llega el gran bajón de tener que pagar la deuda contraída.

“Pagar ahora, disfrutar mañana” produce el efecto contrario. Desde el momento en que pagamos empezamos a anticipar en nuestra mente el momento del disfrute (por ejemplo, cuando planificamos un viaje). De esta forma lo disfrutamos el doble, antes y durante.


ELIMINA TUS DEUDAS

Uno de los principales predictores del nivel de felicidad de una persona es su volumen de deudas. Las personas con hipotecas y créditos son mucho menos felices que los que viven sin deudas.

Además, la cantidad de deudas tiene un impacto directo en las crisis y problemas de los matrimonios.

Por ello, una de las mejores inversiones que puedes hacer con tu dinero para ser más feliz es reducir tu nivel de endeudamiento. Ser más libre financieramente.


INVIERTE EN LOS DEMAS

Donar tu tiempo o dinero a otras personas tiene un sorprendente efecto en tu felicidad. La primera razón es la más obvia: donar generosamente nos hace sentir más satisfechos con nosotros mismos y tener una mejor consideración y autoestima. La segunda razón es mucho más sutil. Cuando donamos nuestro tiempo o dinero, sentimos que tenemos abundancia de él, y que por tanto lo podemos donar. Es decir, donar, aunque sea unos pocos euros o unas horas a la semana, nos hace sentir más ricos y con más tiempo libre.


Las donaciones que más felicidad nos reportan son aquellas que hacemos voluntariamente, sin sentirnos forzados por los demás, aquellas en las que invertimos en personas que nos importan y cuando vemos que nuestra donación está produciendo un impacto real en sus vidas.

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