martes, julio 08, 2014

El sistema perfecto existe


Bolsa

Hay dos maneras de comprar acciones o índices.

Una: A través de comprar una misma cantidad constante y en periodos de tiempo iguales, así se evita la volatilidad y a no ser que haya una mala suerte extrema se haya un precio medio de compra. Es muy sencillo y eliminamos la emoción que nos puede perjudicar

Dos: Mediante un incremento fijo del valor de la cartera

En la segunda alternativa intentaremos aprovechar la bajada de precios, pero esto también nos afectará ya que por otro lado nos limitará también las ganancias.

Este mecanismo trata de definir el objetivo de rentabilidad mensual que deseamos obtener. Por ejemplo un 2%.

Luego cada mes debemos tener un 2% más de patrimonio en acciones. De esta forma si un mes el precio de las acciones cayeron un 4% nosotros compraremos por el equivalente a un 6% de nuestro patrimonio y si obtuvimos ganancias de un 6% venderemos acciones por el equivalente del 4% de nuestro patrimonio.

De esta manera aprovechamos de forma sistémica comprar más cuando la acciones caen, pero por otro lado vendemos y acotamos nuestra ganancia cuando las acciones suben. Aunque la clave está en fijarse en una retadora pero realista tasa de retorno.

Si hacemos esto a largo plazo obtendremos más de un 24% de retorno ya que aprovecharemos las caídas de los precios para comprar.

Este mecanismo nos puede llevar a pagar más comisiones a nuestro broker y nos exigirá más seguimiento de nuestra cartera, ya que lo lógico es desprendernos proporcionalmente acciones de todos los títulos, cosa que en la práctica es impracticable para inversores pequeños.

Quizá lo ideal es utilizar una combinación de ambos.

Para la primera el producto ideal es el Fondo de Inversión Indexado, aunque también se podría hacer con acciones sin entrar a conseguir el mejor precio de la sesión en que se compren, por ejemplo poniendo precios limitados de compra.

Mientras que para la segunda lo ideal sin duda alguna son los ETFs sobre índices, aunque también se puede usar con acciones.

En ambos casos si descartamos las acciones es porque necesitaríamos más capital para comprar varias y no caer en una pobre diversificación que supone un major riesgo. Mientras que con índices, ya sean con fondos de inversión clásicos o con fondos cotizados, que es lo que son los ETFs tenemos unos costes más económicos y unos resultados esperados lo suficientemente satisfactorios. Tal vez menos emoción también, lo cual es bueno o malo según nuestra forma de ser ante los mercados.

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