Cuando tomamos la decisión de aprender algo nuevo, ocurren una de estas dos cosas, o bien nos da una perece tremenda o bien nos emocionamos con la idea de enfrentar un reto. Lo normal es estar en un punto entre estos dos sentimientos.
Lo que marca la diferencia entre estar en un extremo u otro de esta actitud ante el aprendizaje, es el grado de amor que vamos a poner en la labor que acometeremos.
Aprender es lo mismo que entrenar. Al aprendizaje de una materia nueva se procede como en un entrenamiento.
El entrenamiento es esfuerzo, disciplina y sacrificio. En el aprendizaje tenemos un objetivo a alcanzar, y estos términos igualmente se interponen en nuestro camino y nos desalientan en cierta manera. Por lo tanto es difícil iniciar entrenamientos debido a la naturaleza misma de lo que se requiere para su realización. Lo mismo sucede a la hora de aprender.
Por lo que si queremos Aprender-Entrenar algo nuevo, es
sumamente importante que Amemos lo que vamos a aprender ya que se precisa superar
ese esfuerzo, disciplina y sacrificio de los que hablamos y solo con una gran
voluntad se logrará alcanzar la meta.
El amor a lo que deseamos conseguir será la fuerza y la energía necesaria para avanzar en el camino.
El amor a lo que deseamos conseguir será la fuerza y la energía necesaria para avanzar en el camino.
Si ponemos amor en
el tema elegido hacemos menos costoso el esfuerzo, la disciplina y el sacrificio
que necesitamos afrontar para lograrlo. Hasta el punto de disfrutar del propio aprendizaje, del propio camino mientras se recorre.

Sabemos que hay 7 tipos de inteligencia, de las que hablaremos en futuros artículos. No sólo la formación convencional nos hace aprender. Se puede aprender mucho de muchas cosas si enfocamos correctamente nuestra mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario